Tatuadora estadounidense nacida en Kansas, allí donde transcurre la entrañable historia El Mago de Oz. Trabajó en circos como trapecista y contorsionista. A través del circo conoció a Gus Wagner, marino que lucía muchísimos tatuajes y que había aprendido este arte en algunas tribus que había conocido en sus travesías. Luego, fue su marido y ella le pidió que le enseñe el arte de tatuar. Además de tatuarse mutuamente y de haberle transmitido este arte a la hija de ambos desde muy niña, Maud se convirtió en la primera mujer tatuadora, pero lamentablemente no quedaron registros de sus diseños.
En esa época los tatuajes eran vistos como un arte salvaje o propio de clases bajas, y Maud rompió esos y otros prejuicios de un ámbito dominado por hombres adoptando esa forma de arte. Difundieron los tatuajes por todo el país con una técnica de tatuaje a mano con aguja y tinta, de modo que eran muy detallada y trabajosa.
